Tema 5.1. Investigación-Acción Participativa IAP.
- Gabriela Fierro
- 27 may 2020
- 3 Min. de lectura
La Investigación-Acción Participativa (IAP) es, quizá, la metodología de participación más representativa de todas las Ciencias Sociales. Aunque su empleo dentro del marco investigativo ha sido cuestionado en múltiples ocasiones, su popularidad ha ido en aumento; sobre todo, durante las últimas décadas, siendo cada vez más empleada.
Sus orígenes se remontan al trabajo del psicólogo Kurt Lewin, luego de haber concluido la Segunda Guerra Mundial, a finales de la década de 1940.
Lewin, partía de un principio fundamental:
"A partir de la experiencia, el ser humano puede trabajar... puede investigar para liberar a otros, para cooperar en causas comunes y lograr la participación."
Aquí un poco más sobre la obra de Kurt Lewin:
En América Latina, la IAP fue impulsada décadas más tarde por la escuela colombiana de Sociología Moderna, de la mano del investigador Orlando Fals Borda, tal y como puede verse a continuación:
Aunque la IAP surgió en el seno de la Psicología Social, la Sociología y la Antropología Social también se caracterizan por utilizarla, como parte de sus métodos de trabajo. No obstante, lo cierto es que es el ámbito de la Educación el que más recurre a ella, como parte de los proyectos de intervención educativa que instrumenta, en diversos contextos escolares.
Y es precisamente la intervención, el factor más característico de esta modalidad de investigación social.
Es decir, para sus fundadores, así como para sus principales exponentes, no sólo basta con obtener-extraer información de los contextos sociales de estudio en donde se desenvuelve el investigador; es decir, para los simpatizantes de la IAP también es fundamental tomar una posición activa dentro de tales contextos, para incidir en ellos positivamente, potenciar cambios y lograr la transformación social.
De acuerdo con lo dicho por numerosos autores al respecto, la IAP podría definirse de la siguiente manera, a través de los objetivos que persigue:
Es el estudio de una situación social con miras a mejorar la calidad de la acción dentro de ella.
Representa el estudio de un contexto social, donde mediante un proceso de investigación con pasos “en espiral” [es decir, a partir de ciclos que pueden ir y venir, de acuerdo con las propias dinámicas del grupo social con el que trabajemos], se investiga al mismo tiempo que se interviene.
Su propósito fundamental se centra en aportar información que guíe la toma de decisiones para programas, procesos y reformas estructurales.
Pretende, propiciar el cambio social, transformar la realidad y que las personas tomen conciencia de su papel en ese proceso de transformación.
Por su parte, Stringer (1999) señala que la Investigación-Acción Participativa es:
a. Democrática. Busca que todos los miembros de un grupo participen.
b. Equitativa. Las contribuciones de cualquier persona son valoradas.
c. Liberadora. Combate la opresión y la injusticia social.
Dentro de la implementación de la IAP, son cuatro los pasos que se sugieren seguir:
Planificar las acciones.
Actuar
Observar
Reflexionar
Estos pasos en dicho modelo de investigación, tienen el propósito de lograr la independencia y la cooperación de los actores sociales implicados.
En consonancia con lo anterior, las técnicas de las que echa mano la IAP buscan la participación total de los interlocutores.
Sin embargo, no es el investigador quien decide, cómo, cuándo y hasta qué nivel de profundidad lo harán. Es decir, son los propios individuos quienes toman las riendas de su participación dentro de cada estudio o proyecto de intervención.
Entonces, ¿cuáles son esas técnicas empleadas por la IAP?
Dibujos participativos (muy recurridos en trabajos con niños).
Videos participativos.
Mapas comunitarios.
Mapas conceptuales.
Grupos focales / o de discusión.
Para finalizar, repasemos lo que hemos visto hasta aquí con respecto a las características de la IAP, y al papel del investigador social dentro de ella:
Investigación Acción Participativa
Bibliografía:
Hernández, R., C. Fernández y P. Baptista. (2010). Metodología de la investigación. México:
McGrawHill, 509-515.
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